El aprendizaje centrado en el alumno es un enfoque educativo que pone al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje. En este enfoque, los profesores actúan como facilitadores del aprendizaje, ayudando a los estudiantes a desarrollar habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas y autogestión.
Este método reconoce que los estudiantes tienen diferentes estilos de aprendizaje, intereses y ritmos de aprendizaje. Por lo tanto, se adapta a las necesidades individuales de cada estudiante, fomentando la participación activa y el compromiso con el material de estudio.
El aprendizaje centrado en el alumno implica actividades prácticas, colaborativas y experiencias que permiten a los estudiantes explorar conceptos por sí mismos, hacer preguntas y descubrir soluciones. También se enfoca en el desarrollo de habilidades socioemocionales, como la empatía y la comunicación, para preparar a los estudiantes para enfrentar desafíos del mundo real.
En resumen, el aprendizaje centrado en el alumno empodera a los estudiantes, fomenta su independencia y los prepara para ser aprendices de por vida, capaces de adaptarse a un mundo en constante cambio.
